viernes, 15 de enero de 2010

LAS CALLES DE BUENOS AIRES.

OBELISCO


Camino por las calles de Buenos Aires.

Observo a la gente que pasa.

En sus rostros llevan marcas de disgustos,

otros de desgano, algunos que otro,

discute desolado o protesta.


Los miro y me pregunto.

¿Qué estará pasando dentro de sus mentes?

¿El sufrimiento de la desocupación,

el hambre que se siente cada día más,

o la corrupción que nos está lapidando?


Sus pasos son acelerados,

Ya nadie disfruta de las caminatas.

Como si estuviesen vegetando en un mundo aparte,

que los dejó sin esperanzas, y fuerzas para mirar de frente.


En sus expresiones, se reflejan sus miedos,

a la inseguridad que cada día más vamos viviendo.

La calle se llenó de cartoneros,

gente humilde, que tuvo que armarse de un carro,

para poder ganarse la vida.,

pan que a lo mejor los alimentará,

al llegar a sus hogares,

o tan simple poder obtener un paquete de fideos.


En sus carros, lo acompañan sus hijos,

niños, que hurgan entre los basurales,

para poder ayudar a sus padres.

Chiquillos que se están perdiendo

de su infancia y su inocencia,

y dejan la escuela de lado,

porque la sociedad los ignora.


¿Acaso no tienen los mismos derechos,

de recibir una base de educación,

tan sólo porque son gente indigente,

igual que cualquier otro niño?


Pasan noches de frío,

se los nota cansados de tanto trajinar.

Inventaron el tren blanco,

“para darles una solución”

y terminaron viajando como ganado,

que van hacia el matadero,

por el simple hecho de la discriminación.


Recorro las plazas, y advierto,

familias enteras viviendo en ellas,

resguardándose del frío y algún que otro diario.

Menores drogados y alcoholizados,

que no superan los 15 años de edad.

¿A dónde fuimos a parar?


Los correccionales de menores,

y las penitenciarías, repletas cada día más.

¿A quien le echamos la culpa?

¿Al hambre, a la pobreza,

o a la misma sociedad?


Está oscureciendo,

y en la noche,

aparecen los otros protagonistas.

Las damas de la noche.

Las que ejercen la profesión,

más antigua del mundo.


Reparo que cada vez son más jóvenes,

vaya a saber uno, que la impulsó a trabajar de eso.

Mujeres que soportan golpes de extraños,

humillaciones, desprecios,

detenciones policiales,

por su estilo de vida,

y no se cuantas cosas más.


Que a lo mejor no lo eligieron,

las trajeron engañadas,

como tantos casos hay.

Para ser explotadas.

Y ellas por su ignorancia, quedaron secuestradas,

del verdugo que las sentenció,

con la mentira de un trabajo, íntegro y decente,

para vivir de ellas, y luego algunas logran desaparecer.


Camino por las calles de Buenos Aires,

Y me doy cuenta, que no sólo acá sucede esto.

Que está pasando en casi todo el mundo.

¿Acaso la humanidad se volvió loca?

¿Y su locura no los deja razonar?


¿Dónde quedaron esos valores

que vez existieron?

Esos mismos valores,

que nacieron con nosotros mismos.



Sonia Viviana Lacanette

Copyright 2008
Código de registro 0805040638912





Photobucket

Photobucket


Aclaratoria, las fotos fueron puestas como si fuesen imágenes del
ayer, y lo único que dejé en color es NUESTRA BANDERA.
Lamentablemente esto es lo que se vive hoy,
ojalá fuesen imágenes del ayer.

Photobucket

1 comentario:

Floria Carras dijo...

que tema!! muy dificil de comentar,el mundo está enfermo,con falta de valores ,principalmente morales,de familia,de amor ,de sensibilidad,gira solo alrededor de intereses, y e los nenores¿ donde estás sus padres? la patria potestad está desgastada,que dificil comentar, y por donde empezar,para tener un mundo mejor. cariños

Mi nombre es Sonia Viviana Lacanette. Un especial agradecimiento a Juan Cruz Acosta por su ayuda en el blog, otro Gran Joven Poeta.