Nuestras miradas se toparon,
y en ellas se apreciaron,
los sentimientos que tanto tiempo
mantenemos vivos, aún en estos años.
Luchamos por mantener, siempre viva la pasión.
Pasamos por momentos de tormentas,
en nuestra relación.
Combatimos la falta de diálogo,
la cual era lo que nos facturaba,
el casi terminar con este amor.
No podía pretender,
que cambiaras tu forma de ser.
Tus silencios estaban siempre latentes.
Y mi mente divagaba entre sueños,
que algún día llegaras a comprender.
Que necesitaba de tus palabras.
El brote de un te amo.
Me sentía desolada,
por el mutismo de tus reservas.
Quizás fueron tantos años de estar juntos.
A lo mejor todo se estaba convirtiendo en costumbre.
Hasta que descubriste que mi Alma,
imploraba por tus señales.
Y de tu boca surgió un te amo.
Tanto tiempo esperado por mí,
para escuchar ese simple lenguaje.
Mi alma se colmó de regocijo.
Mi ser se volvió en locura.
De tanto tiempo de espera,
por tus incógnitas.
Tan guardadas en tu esencia.
Se convirtió todo en gloria
retornamos a amarnos,
como el primer día.
Y al presente todo es pura invocatoria.
Lograste dejar tu sentencio de lado.
Sólo existe la ternura
Y esta historia, que nació,
unos cuantos años atrás.
Tanta mudez, guardada muy dentro de ti.
En la cual parecíamos dos extraños.
Hoy en día, ya se esfumaron tus sigilos.
Y subimos nuevamente los peldaños.
Para comenzar desde el principio.
Como si recién principiara la historia.
Sonia Viviana Lacanette.
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